Oficina del Estadio Olímpico de Montreal

Criterios de adjudicación

Excelencia arquitectónica

La oficina del Estadio Olímpico de Montreal, construida con 132 módulos FLEX en dos niveles, se diseñó como un espacio de oficinas optimizado y funcional. El diseño interior proporcionó un entorno de trabajo ergonómico e inspirador, con despachos privados, modernas salas de conferencias y acogedoras zonas de descanso. Cada espacio se adaptó a las necesidades específicas de los distintos departamentos que gestionaban este proyecto a gran escala. El edificio cumplía las normas de comodidad y seguridad del cliente e incluía aseos y duchas. El elegante y moderno diseño del edificio armonizaba con los colores del cercano Estadio Olímpico, permitiendo que el espacio de oficinas se integrara perfectamente en el entorno. Este proyecto logró un equilibrio perfecto entre funcionalidad, comodidad y cohesión visual, contribuyendo a la eficiencia global del espacio.

Innovación técnica y sostenibilidad

Para este proyecto, los módulos FLEX ofrecieron un enfoque innovador del espacio temporal. El producto basado en paneles se adapta perfectamente al mercado norteamericano, ofreciendo una flexibilidad moderna y un uso eficiente del espacio. Su diseño compacto aprovechó al máximo cada metro cuadrado, minimizando el espacio desaprovechado. Además, FLEX ayudó a agilizar la entrega y proporcionó un espacio de trabajo a nivel del suelo más seguro, reduciendo los peligros de tropiezo y minimizando los requisitos de rampa. FLEX también ayudó a reducir la huella de carbono de este proyecto mediante iluminación LED, sensores de movimiento, modernos sistemas de climatización y paneles bien aislados. No se utilizó madera, lo que ofrece una solución sostenible. La modularidad de FLEX permitió ampliar o retirar fácilmente las unidades, adaptándolas a las necesidades cambiantes del proyecto.

Rentabilidad

La solución FLEX suministrada para el Estadio Olímpico de Montreal se instaló rápida y fácilmente sobre unos cimientos provisionales, utilizando únicamente una carretilla elevadora para su colocación. Este proceso de instalación reduce significativamente el tiempo de montaje y elimina la necesidad de grandes obras en el suelo o infraestructuras permanentes. La naturaleza modular de FLEX significa que, al final del proyecto, el edificio puede desmontarse y reubicarse para acoger a nuevos usuarios, lo que lo convierte en una solución muy flexible. Esta capacidad de reubicación no sólo responde a la evolución de las necesidades, sino que también ofrece un enfoque sostenible al minimizar los residuos y maximizar la utilidad del edificio en múltiples emplazamientos. La capacidad de reutilizar la estructura para diversas funciones garantiza su valor a largo plazo, en consonancia con los objetivos medioambientales y de rentabilidad. Esta adaptabilidad convierte a FLEX en la opción ideal para proyectos que requieren eficiencia y sostenibilidad.